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Métodos ancestrales y ciencia moderna, un llamado a repensar la inspección sanitaria

La combinación de saber ancestral, extractos naturales y bioconservación redefine el papel de las entidades de inspección sanitaria en la seguridad alimentaria del futuro.

  • 11/12/2025 • 13:38

Qué grata sorpresa encontrar este artículo. Me llena de orgullo ver el trabajo de mis antiguos compañeros, Luz Yaneth, Alejandro y Erika Natalia, inspectores sanitarios en Colombia. Conociendo su rigor y su pasión por la inocuidad alimentaria, no me sorprende que hayan profundizado en un tema tan crucial como la conservación de la carne en Latinoamérica.

El artículo, publicado en “Estudios Sociales”, es un recordatorio del enorme valor del conocimiento cultural que existe en nuestra región, especialmente en materia alimentaria. Su título, “Métodos ancestrales y alternativas de conservación de la carne basadas en seguridad alimentaria en Latinoamérica”, anticipa la profundidad del análisis: https://www.researchgate.net/scientific-contributions/Luz-Yaneth-Ramirez-Gutierrez-2329141156

Los autores estudiaron no solo los métodos de conservación tradicionales y alternativos, sino también su impacto en la seguridad alimentaria y su relevancia para la industria cárnica. Su trabajo se desarrolló con un método sólido, muy en línea con lo que siempre admiré de ellos:

• Revisión de literatura: identificaron numerosos estudios sobre calidad microbiológica y fisicoquímica de la carne y su relación con la inocuidad, un enfoque claro de su formación en inspección sanitaria.
• Encuesta regional: una encuesta aportó datos reveladores para Colombia, aplicables también a otros países latinoamericanos.

Entre los hallazgos:
Consumo: la carne de ave sigue siendo la más consumida, seguida por la bovina y la porcina.
Conservación doméstica: la refrigeración y la congelación predominan en zonas urbanas; sin embargo, la salazón continúa siendo esencial en comunidades rurales.
Métodos ancestrales vigentes: la salazón, ahumado y deshidratación no son prácticas del pasado: siguen siendo vitales en comunidades donde la refrigeración es limitada o inexistente. El charqui andino y el ahumado de carne de caza en territorios indígenas son ejemplos de su vigencia y eficacia.

Los autores destacan algo que suele perderse en el debate técnico: las condiciones de vida y los factores socioculturales no son simples curiosidades, sino elementos determinantes en la elección y la eficacia de los métodos de conservación. No se puede imponer una solución tecnológica que no se ajuste a la economía, los recursos y la cultura de una comunidad.

El artículo también aborda alternativas modernas como extractos naturales (romero, orégano, salvia, miel, propóleo) y la bioconservación con bacterias ácido-lácticas, abriendo posibilidades para una industria que busca soluciones más naturales, saludables y alineadas con prácticas tradicionales.

Habiendo trabajado junto a estos investigadores en el Insituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (INVIMA), puedo afirmar que su estudio demuestra el valor del conocimiento técnico dentro del sector público. Quienes trabajan en inspección conocen el terreno, la industria y las realidades de cada región; ese conocimiento debería convertirse no solo en control, sino también en investigación que impulse mejoras reales.

Sin embargo, una de las grandes limitaciones en Latinoamérica es la escasa investigación aplicada dentro de las entidades de inspección sanitaria. Aunque cuentan con personal altamente capacitado, muchas instituciones no promueven la investigación activa. Nos centramos en inspeccionar y es necesario, pero desaprovechamos la oportunidad de generar conocimiento que permita innovar, validar prácticas tradicionales y adaptar tecnologías a nuestras realidades.

La investigación de mis excompañeros es un faro. Muestra que desde el sector público podemos ser generadores de soluciones, no solo entes de vigilancia. Imaginemos el impacto si las entidades invirtieran más en investigación: validando métodos, explorando ingredientes locales y adaptando tecnologías apropiadas para nuestras comunidades y nuestra industria. Sería un avance enorme hacia una seguridad alimentaria más inclusiva, sostenible y culturalmente pertinente.

Este artículo es más que un valioso aporte académico: es un llamado, silencioso pero contundente, a reconsiderar el papel de las entidades de inspección sanitaria en la construcción de un futuro alimentario más seguro y equitativo para nuestra región. Mis felicitaciones a sus autores por este excelente trabajo.

Sobre el blogger

El Dr. Andrés G. Zuluaga León es especialista en salud publica y epidemiologia de la Secretaría de Salud de Colombia. Por más de 15 años, el fue inspector oficial del Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima). El cuenta con experiencia laboral como inspector veterinario oficial en la industria cárnica de ese país y, también, como docente universitario en tales materias como microbiología, normatividad sanitaria e inocuidad de la carne. 

E-mail: zuluvet@yahoo.com